el
sembrador
Aquel día,
Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar.
Una gran
multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a la barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en
la costa.
Entonces
él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar.
Al esparcir
las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron
en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron enseguida, porque la tierra era poco profunda;
pero cuando
salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron
entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron.
Otras cayeron
en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que
tenga oídos, que oiga!»