¡Cuidado con el perro!
esta inscripción en un cartel, está identificada
con la imagen de un perro bravo y agresivo. Y se dirige fundamentalmente a los visitantes que piensan ingresar a una casa,
en la que vive un can de esas condiciones.
Sin embargo esta expresión que proviene
de la Roma antigua distaba mucho en su origen de la temible advertencia de hoy en día.

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¡Atención al perro!
Los senadores romanos solían tener cachorros
que no sobrepasaban los 3 kilos.
Para protegerlos de los invitados distraídos
que podían pisarlos, ponían delante de sus casas letreros con la mención cave canem.
Esas mismas palabras usadas antaño
para proteger al perro, ahora protegen al hombre.
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