"Historia de
un niño que un día descubrió el dolor..."
Así comienza
uno de los libros más sensacionales de la literatura brasileña escrito a manos de José Mauro de Vasconcelos. El autor, nacido
en Río de Janeiro, relata con extraordinaria fuerza narrativa y sensibilidad la historia de un niño que descubre el dolor
y se hace adulto precozmente.
Si Salinger
consiguió retratar la mentalidad de un adolescente estadounidense, Vasconcelos consigue con admirable empatía sobrecoger al
lector con la dulce narración en primera persona de Zezé, el peculiar protagonista de cinco años que vive en los suburbios
de Río.
Uno llega a
tenerles tanto cariño a los personajes que pasan por la trama que es inevitable que no se derramen algunas lágrimas con más
de una de las difíciles experiencias que acontecen esta obra, plagada de ternura y desabrimiento a la par.
Es el trágico
relato de un pequeño gran filósofo que inventa para sí mismo un mundo propio de fantasía en el que su gran confidente es su
planta de naranja-lima. Un niño que aprende todo solo y descubre la ternura con personajes como "el portuga", así como el
dolor y el anhelo que nos hacen endurecer hasta convertirnos en adultos.
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Zezé, el simpático, inquieto y subyugador protagonista
de Mi planta de naranja-lima, esa obra inolvidable ya mundialmente célebre, reaparece en esta nueva novela de Vasconcelos,
repleta de interesantísimas y apasionantes aventuras.
Las últimas andanzas de su niñez y su entrada en la adolescencia
son narradas con extraordinaria maestría por el autor, que refleja en estas páginas parte de su propia vida.
El intenso lirismo de Vamos a calentar el sol, apoyado
en una prosa bien ordenada y coherente, se alterna con un realista y hondo análisis psicológico del protagonista y de su entorno.
José Mauro de Vasconcelos redescubre el camino de la infancia
y reinventa el lenguaje y el pensamiento adecuados para interpretarla, para hacerse entender por los niños y comunicarse emocionalmente
con los adultos.
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